Una caja fuerte de sobreponer es un dispositivo de seguridad diseñado para ser anclado en la superficie de una pared y el suelo, con el propósito de proteger objetos de valor de posibles robos o daños.
Existe una gran variedad de modelos con diferentes tipos de cerraduras, diseños y medidas.
Se recomienda instalar este tipo de cajas fuertes en lugares discretos y seguros. La instalación debe hacerse sobre una superficie firme para que no sea fácil arrancarla. Los suelos y paredes de hormigón son perfectos para realizar los anclajes.
En el caso de los modelos profesionales sí que podemos gestionar este servicio. Consúltanos para más información.
Lo mejor es combinar dos tipos de cierre diferentes: sistemas de doble llave, de llave y cierre mecánico o de llave y cierre electrónico.
En primer lugar debes tener claro el tamaño que necesitas. También hay que valorar si necesitas alguna función especial, como sistema de bloqueo o apertura por rangos horarios. Por último, consulta el certificado de seguridad.
Las cajas de seguridad homologadas que han superado pruebas realizadas en laboratorios de ensayo para comprobar que alcanzan un determinado nivel de seguridad.
Algunas de estas cajas homologadas están también certificadas por organismos independientes como AENOR, Applus o VdS.
Claro. Visita la sección Cajas Fuertes Ignífugas. Ahí podrás ver todos los modelos de cajas fuertes a prueba de incendios.
Las cajas de seguridad de sobreponer son aquellas diseñadas para ser ancladas pero no empotradas. Son las más utilizadas, tanto en el ámbito empresarial como en el doméstico.
La instalación de este tipo de cajas fuertes no requiere albañilería ni trabajo profesional. Basta con contar con una superficie estable y con los tacos y tornillos adecuados.
Existen modelos de cajas fuertes adaptados a diferentes necesidades:
El nivel de seguridad de una caja fuerte se mide en función del grado de resistencia que tiene la caja fuerte.
Los niveles de seguridad están certificados por organismos independientes, como AENOR o Applus y están regulados por normativa europea. El nivel de seguridad varía desde el grado I hasta el grado IX, este último es el más adecuado para sectores que requieran mayor protección.
Cuanto mayor sea el tiempo necesario para abrir la caja fuerte, en función de la herramienta utilizada, mayor será el nivel de seguridad.
En función del tipo de cierre y del nivel de resistencia de la caja, solemos dividir las cajas de seguiridad en 3 niveles:
Las cajas fuertes de seguridad básica son las más comunes en los hogares, mientras que las cajas de alta seguridad se usan más en negocios.
Las cajas fuertes de sobreponer son muy fáciles de instalar y no requieren albañilería. Se anclan al suelo y a las paredes mediante tornillería y tacos de expansión.
En casos en los que se requiere mayor resistencia de tracción, para evitar que la caja sea arrancada, se emplean pastillas o placas de anclaje certificadas. Estas placas se suelen utilizar en cajas fuertes certificadas de alta seguridad y soportan hasta 2.000 kg de tracción.
Los modelos de cajas fuertes más grandes superan los 1,7 cm de altura los más pequeños apenas alcanzan los 20 cm.
La capacidad de las cajas fuertes suele medirse en litros. Los modelos más pequeños tienen entre 0,25 y 6 litros de capacidad. Los modelos más grandes cuentan con hasta 400 litros de capacidad.
Las cajas fuertes pueden contar con cierre electrónico, cierre mecánico o cierre por llave. Para mayor seguridad, lo más recomendable es combinar dos tipos de cierre diferentes.
Es la superficie exterior de la caja y suele estar fabricado con acero y otros metales pesados. Las cajas fuertes de sobreponer tienen el cuerpo totalmente blindado.
Es la parte de la caja en la que se sitúa la cerradura y los bulones. Algunos modelos de cajas fuertes cuentan con dos puertas
El mecanismo de cierre puede ser electrónico, mecánico o por llave. También se pueden combinar. La calidad del sistema de cierre es el principal factor de seguridad de una caja fuerte.
Son bulones son las barras de acero que actúan como pestillo y que forman parte del sistema de cierre. Los modelos de cajas fuertes más pequeños cuentan con sólo dos bulones mientras que los más grandes no bajan de seis.
Las bisagras de las cajas fuertes siempre deben quedar ocultas. De otra forma, supondrían una amenaza de seguridad pues podrían ser forzadas.
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